ROMERÍA DE VALME

La Virgen en su carreta hacia la Ermita de Cuarto en Bellavista

ROMERÍA DE VALME

Cortejo de carretas acompañando a la Protectora de Dos Hermanas

ROMERÍA DE VALME

Estampa de la Romería de Valme de 1959

ROMERÍA DE VALME

Francisco Jiménez ultima con nardos la Carreta de la Virgen

ROMERÍA DE VALME

Francisco J. Sánchez exornando su carreta

lunes, 15 de diciembre de 2008

Sevilla: dulce y navideña


Dulces Navidades, dulces, dulces oiga. ¿Qué estación no es más que ésta? y es que, al llegar estas fechas, son muchas las familias que dedican el tiempo de ocio a visitar reposterías y conventos de Sevilla e incluso muchos se desplazan a pueblos, sobre todo, del aljarafe y de la campiña sevillana en busca de esos manjares navideños que son la delicia de cualquier cena navideña. Existe un cierto peregrinaje hacia el sabor perdido, el de antaño o más bien existía y es que, como ya sabemos, estos tiempos de crisis están mermando hasta incluso a nuestro bulbo olfatorio de tan dulces aromas. Si quieren, por lo menos no dejar en las más pura nostalgia esos olores, visiten estas Navidades si pueden Castilleja de la Cuesta para las famosas y crujientes tortas de aceite (Ines Rosales, como no) y los impresionantes bizcochos y Castilleja del Campo para roer los piñonates y los melosos pestiños. Después de una jornada relamiéndonos los dedos, los cinco si hace falta, toca otra parada más al sur en Morón de la Frontera y La Puebla del Río para degustar batatines, delicias, almendrados, roscas morunas, tortillas blancas y suspiros, en el primero, y quemaítos, cañitas y bizcotelas, en el segundo. Si no tenemos un evidente cólico siempre nos quedará algún espacio en el estómago para los mostachones de Utrera, los clásicos mantecados de Estepa y las intensas albarditas de Paradas. Y para regar estos postres qué mejor, y para estas fiestas, un anís de Cazalla de la Sierra. Y es que deberíamos seguir, querido lector, el refranero español para estos tiempos de vacas flacas: "A falta de pan buenas son tortas" o "Las penas con pan son menos" si no puedes disfrutar de las masas horneadas que ofrece Las Cabezas de San Juan y, la siempre admirada, Alcalá de Guadaira. Dulces fiestas.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Otra Navidad, otra vida, otro infierno...

Se acerca la Navidad. Con ella, tiempos de alegría, de alborozo, de regalos, de interminables fiestas, de opíparos banquetes pero también tiempos hipócritas, de tristes recuerdos (de aquellos que no están entre nosotros), de estrés y de armarse de paciencia y valor para aguantar, en una fiesta, aquellos fastidiosos que durante todo el año nos han hecho la vida imposible. Para resarcirme y sacudirme más bien de la "caspa" que de la nieve, leo con entusiasmo en el blog del escritor Juan Pedro Quiñonero (http://unatemporadaenelinfierno.net/) un poema casi desconocido de mi admirado poeta Luis Alberto de Cuenca, poeta que predice en estos tiempos de vacas flacas, una mejoría en el mundo de las letras (http://www.hoy.es/20081001/sociedad/poeta-luis-alberto-cuenca-20081001.html). Que quieres que te diga, querido lector, ojalá que advinieran buenos tiempos para la lírica aunque, pensándolo fríamente, mejor desearía en la situación que estamos, buenos tiempos para el bolsillo de nuestros líricos para que pudiesen escribirnos y no perecieran en el intento. De todas maneras, y por adelantado: Feliz Navidad, querido lector.

NAVIDAD

Todo vive en la Tierra porque antes ha vivido
en el cielo. Los astros rigen nuestra aventura
por las calles del mundo. Numeran nuestros actos,
eligen al azar nuestras melancolías
y nuestras ilusiones, escriben nuestra historia
en un libro siniestro que tiene, en vez de páginas,
manchas incomprensibles, y un día nos despiden
de las cosas que amamos porque ha llegado el tiempo
de morir, alojándonos en el vertiginoso
remolino del caos, donde reina la Nada.
No sé las Navidades que tendré que vivir
antes de reintegrarme al agujero negro
donde siempre es de noche, pero sí sé que en estas
fiestas en que la luz vuelve de su destierro
a decirnos que aún es posible el milagro
de la resurrección, es cuando me he sentido
y seguiré sintiéndome más cerca de la muerte
que nunca. Navidad: horror inexplicable
con que los astros dan por terminado el año.

Luis Alberto de Cuenca